Para hablar sobre el proyecto de decreto que concede permiso a Felipe de Jesús Calderón Hinojosa para aceptar y usar la condecoración de la Orden Nacional Doctor José Matías Delgado, en grado de Gran Cruz Placa de Oro, que le confiere el gobierno de la República de El Salvador
Buenas tardes, compañeros diputados. Me extraña, diputado Carrasco, siendo economista, que herede las mañas de los abogados chicaneros, y le voy a decir por qué.
No nos espantemos, compañeros, pero no es acuerdo mío que ninguna condecoración no pase por dictamen de la Comisión de Gobernación. Es imposición suya, diputado. Y le voy a decir un hecho también: aquí discutimos una condecoración otorgada por el gobierno de España a Cabeza de Vaca. Y le he insistido a usted directamente en su calidad de presidente, que no es lo mismo otorgar el permiso a un ciudadano mexicano para trabajar en el extranjero, que el otorgamiento de una condecoración a algún funcionario del gobierno mexicano.
Ahora usted nos dice que es un trámite administrativo lo que dice el artículo 37, inciso C), fracción III. Le voy a dar lectura y dice así: La ciudadanía mexicana se pierde —fracción III— por aceptar o usar condecoraciones extranjeras sin permiso del Congreso federal o de su Comisión Permanente.
Ahora resulta que el vicio de ustedes y la imposición en los trámites es un asunto que hay que aceptar porque ustedes lo dicen. Nuestra Constitución —porque está, incluso, este articulado viene desde la Constitución de 1857— prevé esta cláusula para proteger al sistema mexicano, impide que en una discusión en el pleno del Congreso no pase por alto alguna condecoración, permiso o título que un gobierno extranjero premie a un funcionario mexicano por servicios particulares.
Y lo quiero comentar. Yo todavía no sé cuál es la exposición de motivos que sustenta una condecoración que le otorga el gobierno salvadoreño. Esto es lo que nos entregó aquí la Cámara de Diputados y lo único que resuelve es el acuerdo de otorgar permiso para portar una condecoración. No exponen los motivos ni qué naturaleza tiene dicha condecoración y mucho menos dice qué méritos observó el gobierno de El Salvador a Felipe Calderón.
Entonces nosotros hacemos una deducción política, porque aquí ya lo que menos cuenta en este procedimiento es el interno que marca la Ley Orgánica de la Cámara de Diputados ni su reglamento para sustanciar los dictámenes. Eso ya no les importa a los del PAN, porque hoy tienen mayoría; porque así hacen las cosas: no por razonamiento, sino por imposición.
Hace unos días discutíamos la Ley de Justicia y yo les preguntaba ¿cuándo se volvieron tan fascistas? No quieren razonar nada. No quieren discutir nada. Y todo lo quieren llevar por el peso de la imposición, como es este permiso.
¿Quién sabe por qué? Si tienen mayoría en la Comisión de Gobernación. Ah, pero hay que hacer las cosas con el peso de la fuerza, no con el peso de la razón. Tal vez porque en la Comisión de Gobernación los únicos méritos que podría observar el gobierno salvadoreño, gobierno de derecha, es la eficiencia de Felipe Calderón para aplicar las líneas económicas del Fondo Monetario Internacional; o por su eficaz labor en el Congreso para aprobar el adelgazamiento de la seguridad social de los mexicanos; o tres, el "gasolinazo"; o cuatro, militarizar el país, reprimir los movimientos sociales.
¿Qué habrá observado el gobierno de El Salvador? Porque como aquí no dice qué observó, entonces, ¿a qué se hace acreedor, qué meritos observa? Pues seguramente como él simpatiza con la línea derechista que marca el Fondo Monetario Internacional, no los mexicanos de su país.
Por eso, compañeros, yo los invito a que aprobemos la moción suspensiva. Y a todos, compañeros, diputados del PRD, de Convergencia, del PT, del Panal, de Alternativa, del Ecologista, y les invito a votar por la moción suspensiva, porque sino, estaremos aprobando en la vía de los hechos una reforma a la Ley Orgánica, a nuestro Reglamento, y mañana van a querer pasarnos la reforma energética de la misma manera, no sesionando en comisión, sino recolectando firmas burdamente para imponernos, sin ninguna previa discusión, los dictámenes de ley. Por su atención, muchas gracias.
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