11 de noviembre de 2008
Posicionamiento sobre el Presupuesto
de Egresos de la Federación 2009
Compañeras y compañeros Diputados:
Aun y cuando no comparto esta prisa por aprobar el Presupuesto, porque solamente que fuéramos superdotados, después de más de 24 horas de desvelo, en una velada de un dictamen que no todos discutimos, aquí estamos esperando que haya sido con la sobriedad enorme; aunque parte de esa falta de sobriedad es mi posicionamiento.
El gobierno federal sigue empeñado en la idea de que el libre mercado generará desarrollo económico, por más que esta crisis le eche en cara que los grandes empresarios son capaces de desfondar nuestra economía para no perder un solo centavo.
En el mundo entero sólo los estados que regulan la riqueza, que invierten los dineros públicos en la población son los que han evitado la crisis y elevado las condiciones de vida de los habitantes; me refiero a los estados de bienestar.
Aquí en nuestro país, en cambio, lejos de aminorar la crisis, el gobierno espurio de Calderón ha contribuido a profundizarla: 26 aumentos al precio de la gasolina, incrementos de más del 200 por ciento a las tarifas de la luz eléctrica, devaluación del peso en 30 por ciento, pérdida del poder adquisitivo, estancamiento de los salarios mínimos, incremento del 100 por ciento en el costo de la canasta básica, 2 millones de empleos perdidos, 800 mil jóvenes rechazados en la educación media y superior, 42 por ciento de desabasto alimentario.
Todo eso, compañeros, en un contexto de crecimiento económico de 1.8 por ciento; igual que Haití, qué vergüenza.
Ahora, imagínense en qué situación se encontrará nuestro país, México, el próximo año, cuando el mejor de los vaticinios lo proyecta con un crecimiento de 0.5 por ciento.
Compañeras y compañeros, el escenario va a ser peor todavía. Hoy tenemos 60 millones de pobres. ¿Cuántos creen que va a haber, en cuántos van a aumentar si seguimos aprobando un Presupuesto por inercia, alrededor de la propuesta del gobierno, aunque soslaye lo más importante al pueblo mexicano?
Nuestro país ya no aguanta más. La gente no puede seguir resistiendo más aumentos de precios, y menos si en contraste tenemos evasión fiscal, condonación y exención de impuestos a los grandes empresarios. ¿Saben a cuánto ascendió la exención del impuesto sobre la renta del gobierno de Fox? A más de un billón de pesos, la tercera parte del Presupuesto nacional.
¿Y saben de cuánto ha exentado Calderón? De más de 700 mil millones de pesos. Diez veces más que la cantidad miserable que reasignaron. Y apenas acaba de empezar su tercer año de gobierno en el poder.
Entre el 2000 y 2009, el Presupuesto federal habrá aumentado más de un billón de pesos, al pasar de 1.9 billones de pesos a 3.04 billones. ¿En qué se han gastado? ¿Por qué no se han destinado a mejorar las condiciones de vida de los mexicanos? La incapacidad del Ejecutivo para administrar los recursos públicos es una infamia, compañeros. Es seguir acumulando tiempo perdido para que un día todos los mexicanos puedan tener trabajo, acceso a la salud, a la educación y a una vivienda digna. Es tiempo de cambiar la política económica, de orientar el Presupuesto público para apoyar a nuestro pueblo.
No venimos a mendigar unos cuantos pesos para ramos presupuestales específicos. No se trata de hacer pequeños ajustes para que las cosas sigan igual. La Constitución nos da a los diputados federales la facultad de decidir cómo debe gastar el dinero el gobierno federal ?el dinero de la nación?. El dinero es de la gente, es del pueblo y al pueblo tiene que servirle.
Por eso les propongo que demos un vuelco al Presupuesto. Tengamos visión de Estado que, partiendo de la realidad, traduzca el gasto en una herramienta para remontar nuestra economía al mismo tiempo que permita mitigar los efectos de la crisis.
Es decir, redirijamos el Presupuesto hacia la construcción de infraestructura básica, generación de empleos, aumento de la matrícula escolar, establecimiento de precios de garantía y subsidio a fertilizantes en el campo.
Creación de pensión alimentaria no para unos cuantos, sino para todos los adultos mayores, las madres solteras, los discapacitados. Otorgamiento de becas a nuestros estudiantes de nivel bachillerato para prevenir la inseguridad en nuestro país. Instalación de comedores populares en las zonas más pobres del campo y la ciudad.
Atención médica y medicamentos gratuitos para todos los mexicanos. Protección contra las pérdidas de los fondos de pensiones de los trabajadores que este año, por la especulación, se han perdido más de 52 millones de pesos. ¿Quién los va a reponer? No sabemos.
Calma, calma, que ya llevamos bastante. Tiempo es el que necesitamos para rediscutir este Presupuesto. Si pensamos que se debe gobernar para todos, no para unos cuantos, y tenemos la voluntad para encontrar solución a los problemas de los mexicanos, estas medidas sí son posibles. Sólo tenemos que reducir salarios de los altos funcionarios de la administración pública, pero de a de veras.
De los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y también de los legisladores federales ?empezando por nosotros?. Cancelar sus privilegios, eliminar los gastos superfluos y no permitir, compañeros ?y ahí donde se obtienen mayores recursos?, la evasión fiscal, ni generar exenciones de impuestos para los ricos. Ya les toca a los de arriba pagar impuestos, sacrificarse, ¿o no, compañeros? Si no es así, si el Presupuesto en su conjunto, no se va a la gente, llamamos a votar en contra.
No vamos a convalidar la simulación, no vamos a ser cómplices de seguir tirando el dinero a la basura, en vez de invertirlo en la gente.
Seguimos demostrando que nos asiste la razón. Por eso, hoy más que nunca, por el bien de todos, primero los pobres.
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